poemas del puño

Vengo hacia ti con las manos vacias. No tengo armas,pero, si soy obligado a defenderme, a defender mis principios o mi honor,si es cuestión de vida o muerte, de derecho o de injusticia,entonces aquí están mis armas: las manos vacias

miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA RESPIRACION

Por Atsuo Hiruma Sensei

Un día pregunté al maestro Egami, "qué significa el Ki para usted?".
El me contestó que todavía no conocia verdaderamente el significado de esa palabra, a pesar de la enorme experiencia de mi maestro en el mundo que rodeaba al Karate. Igualmente le pregunté sobre IRIMI, y al hacerle ésta pregunta me respondió con una gran rotundidad, indicándome que no utilizase la palabra IRIMI tan fácilmente, ya que esta palabra, me indicó, tiene un significado muy grande.
La palabra IRIMI y KI son la energía misma, difíciles de entender y mucho más de conseguir pero nunca imposible, y a ello se dedicó el maestro Egami profundizando cada vez más en el entendimiento de ambas. El empezó a indagar después de haber dañado su cuerpo por una serie de circunstancias, entre ellas el exceso de entrenamiento al que tuvo que someterse cuando fue nombrado instructor de las fuerzas armadas durante la segunda guerra mundial, y quizás la manera errónea de entrenamiento durante su juventud, y él siempre lo recalcaba cuando nos decía que en el entrenamiento llevásemos nuestro cuerpo al límite, pero siempre siendo conscientes del sentido de búsqueda que perseguíamos, no para ser más fuertes físicamente, ni para modelar nuestro cuerpo, porque si no, sólo conseguiríamos que durante el entrenamiento mente y cuerpo se separaran y llegásemos con el tiempo a dañar nuestro organismo.
Sabemos que en el centro de la tierra existe un núcleo de energía o magma cuya fuerza es enorme, sin esa energía la tierra no viviría, lo mismo nos pasaría a nosotros si no poseyésemos esa energía latente que cada uno llevamos con nosotros.
Cuando esa energía o magma está en reposo no ocurre nada, pero cuando existe un exceso de energía, está tiende a liberarse del lugar donde está alojada por el lugar más débil. Esto lo podemos observar cuando un volcán entra en erupción. En nuestro cuerpo existe también un punto vital o centro donde llega y sale energía, que llamaremos TANDEN. El TANDEN no es una palabra técnica sacada de un diccionario de medicina o psicología, es simplemente el centro vital que poseen los seres vivos donde la energía se acumula, y desde allí se irradia a las demás partes de nuestro organismo. Si el TANDEN no está vivo, nosotros tampoco lo estaremos y será la muerte la que sustituya a la vida.
La tierra como fuente de vida está constantemente emanando energía, de forma descontrolada como antes he comentado las menos veces, y de forma controlada la mayoría de ellas, entonces nosotros tenemos que aprovecharnos de esto intentando absorber esa energía que no solamente la tierra nos da, sino que también nos rodea en el aire, con nuestro cuerpo y con nuestra mente (KIMOCHI). Yo os nombro muchas veces durante el entrenamiento la palabra "KIMOCHI" y vosotros la interpretáis erróneamente porqué efectivamente realizáis lo que yo deseo, pero no lo hacéis como yo quisiera. Daros cuenta que cuando lo hacéis sois conscientes de lo que hacéis, y ese es vuestro error porqué bloqueáis la energía que el aire por arriba y la tierra desde abajo os están dando, deberéis abandonaros y dejar que lo que la tierra y el aire os están proporcionando siga su ciclo natural, pasando por vuestras piernas y brazos se acumule en el TANDEN y se irradie por vuestro organismo.
Nuestro entrenamiento debe consistir en sentir esa energía que se acumula en el centro vital (TANDEN) y poderla controlar.
Primero lo haremos en SEIZA (Foto num. 1 bis), intentando que nuestro cuerpo quede pegado a la tierra con lo que deberemos palpar la energía que la tierra nos quiere dar. En esta posición la unión de cuerpo y tierra tiene que ser total, debe ser como un estado de predisposición a aceptar lo que la tierra nos proporciona.
Después de SEIZA realizamos HACHIJI-DACHI (Foto num. 2 bis) e intentamos localizar el TANDEN, para ello mentalmente intentaremos partir el cuerpo en dos partes, de cintura hacia arriba intentamos elevarnos y de cintura hacia abajo intentamos enraizarnos más a la tierra, y será entonces cuando nuestro cuerpo nos hable y nos indique exactamente su centro vital. Una vez realizado esto lo único que nos queda es mediante la respiración absorber de la tierra la energía que está nos da. Observar que cuando una persona hace una respiración a través de la boca o nariz, baja el aire a los pulmones y nuevamente lo expulsa, pero nada más. Nosotros a través de HACHIJI DACHI intentaremos una vez fijados fuertemente a la tierra y al aire canalizar la energía que estos elementos nos proporcionan y acumularla en el TANDEM, desde allí mediante la respiración la subiremos lentamente hasta la parte superior de la cabeza y desde allí mediante la inspiración y haciendo una pausa dejamos que caiga rápidamente hacia el TANDEN donde desde nuevamente pasará a la tierra de donde vino. Será en este momento cuando unidos ya a la tierra por esa mutua aceptación de lo que ambos nos hemos dado, cuando en nuestro centro vital se produzca la reacción necesaria para realizar cualquier movimiento y proyectar toda la energía en el punto deseado.
Es importante que observéis y sintáis a través del entrenamiento estos movimientos de respiración que hemos indicado, como naturales, tan naturales como el andar, porqué vuestra vida gira en torno a vuestra respiración y el realizarla de una manera errónea supone solo estar en la vida; para sentir esa vida, para encontrar el significado de muchas de vuestras dudas y para trabajar sobre los caminos que el maestro Egami nos indicó es necesario estar en contacto con esa energía que elementos como tierra y aire nos proporcionan, y eso será el fin último de las Artes Marciales y de nuestro entrenamiento en Shoto-Kai.

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